Historia

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Foto cedida por Diana Hernando

Arcones es un pueblo serrano situado en la falda norte de la sierra de Guadarrama en la provincia de Segovia. Su altitud media supera los 1.000 m. y su extensión es de 31’75 Km2.

Su nombre proviene del latín arcone que significa límite o mojón.

La primera vez que se conoce una mención de «Archones» con este nombre, corresponde a un documento eclesiástico escrito del Archivo Catedralicio de Segovia, data del 1 de junio de 1247, como consecuencia de las relaciones de préstamo efectuadas por la mesa episcopal y por la de los canónigos a los colonos que trabajan las tierras propiedad de la Iglesia.

Los celtas se establecieron en estos lugares con sus cabañas trashumantes, de ahí la dificultad en encontrar castros.

Es cierto que la sierra de Arcones debe el nombre a estos pobladores de nuestra península. Los celtas dejaron las siguientes leyendas y costumbres en Arcones:

  • La leyenda del tesoro con su toro de oro y la serpiente en La Lastra, hoy coronado dicho terreno con la ermita dedicada a la Patrona del pueblo.
  • La costumbre, con su leyenda, del leño del solsticio de invierno, que aún perdura en algunos sobrados de casas que no se han rehabilitado.
  • Los tejos alejados del pueblo, en la dehesa y en la sierra.
  • La leyenda de la fuente de Los Grajos.

Los romanos, trajeron sus álamos, a lo largo de la ribera de los arroyos y la estructura de las fuentes romanas de los barrios, con la huella de todas las vasijas y cántaros que han extraído agua para beber y utilizar culinariamente.

Arcones en su origen era límite entre los pueblos cristianos y musulmanes, últimamente se está considerando que sea «arcones», espada de los templarios, debido a la cantidad de restos que acreditan la estancia de éstos en este municipio.

En los s. XII y XIII, estuvieron los templarios hospitalarios de la orden de San Juan, dejando también sus costumbres solidarias, quizá heredadas de los anteriores habitantes de Arcones como son: Cuando se muere una vaca, cada vecino compra lo que puede sufragar, para tirarlo, pero de esta forma no es tan dolosa la pérdida de la vaca al propietario.

Cada casa cuenta con no encontrarse sólo en el momento del fallecimiento de un miembro de la misma, existe la hermandad. Los momentos de la trilla y recogida de la mies, siempre se hace de forma solidaria, ayudando más al que menos puede.

Las mujeres llevarían el peso de la casa y trabajarían el campo, mientras los hombres, trashumantes están en Valle de Alcudia o en la Extremadura. El matriarcado existente durante tantos siglos, aún se ve reflejado en la época actual en las costumbres y la vida del pueblo.

En los s. XIX y XX llegó a contar con 1092 habitantes, siendo el más poblado de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, a la que pertenece desde la época de La Mesta. Era desde antes de dicha época uno de los mayores productores de lana merina, siendo este pueblo de pastores trashumantes hasta la mitad del s. XX.

Por su media ladera, discurre la Cañada Real Soriana Occidental. La huella de sus ancestros se mantiene viva en sus costumbres, fiestas y celebraciones.

Entre su arbolado destaca un extenso monte de enebros que parece sacado de tiempos pasados. En su parte alta pueden encontrase abundantes acebos y helechos, mientras que en la baja hay fresnos, robles y álamos. En los campos del norte florecen múltiples variedades de tomillos y matojos. En su fauna salvaje y abundante sobresalen los lobos, jabalíes, corzos, zorros y aves rapaces.

Horadado por pequeños riachuelos subterráneos que formaron cuevas, hundas o sumideros presentan depresiones a merced de la piedra caliza del suelo. 

Situado a y 41 km de Segovia y 110 km de Madrid, invita a adentrarse en la naturaleza más pura, envolverse en sus ancestrales costumbres y tradicional gastronomía, bailar al son de las danzas de palos.

Si algo atrae a este pueblo de forma exclusiva a visitantes es el que acoja un lugar ideal para practicar Vuelo Libre de Ala Delta y parapente, la modalidad de vuelo más sencilla, y que permite la orografía del terreno. Además del vuelo libre, Arcones es conocido como un buen lugar para realizar turismo micológico, por su buen suelo y ubicación en la Sierra de Guadarrama, que lo hacen un lugar ideal para la práctica de recolección de hongos y setas.

Está constituido por seis barrios Arcones, Arconcillos, Huerta, Castillejo, la Mata y Colladillo. Éste último perteneció anteriormente al municipio de Matabuena. Pero también hubo otras pequeñas poblaciones en el municipio, ahora ya desaparecidas, como La Anduela (donde aún existe una fuente, y en la cual cuenta la leyenda que una salamanquesa se introdujo en el agua de los invitados cuando se celebraba una boda), además de La Nava y la Vega del Alamillo, que tienen aún algunos restos de construcciones. Los pastos de las laderas generaban abundante actividad ganadera y también cinegética.

Perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, era uno de los lugares que servían de paso hacia el sur por el puerto de Peña Quemada que comunicaba con Buitrago de Lozoya, y junto a la carretera N-110, que va de Soria a Plasencia, Arcones vive a medio camino del pujante turismo rural, del sector servicios que precisa el paso de la carretera y de la ganadería que durante siglos ha convivido con sus habitantes.